miércoles, 19 de octubre de 2011

EL PODER DEL BÄRLAUCH - CSIC 2011


Desde que llevo corriendo, siempre me ha gustado la Carrera del Csic. A pesar de que muchos la tachen de carrera cara (13 euros dorsal) y mal organizada (recordemos sus 10.450 metros de hace dos años cuando se vendía como homologada que yo mismo critiqué) me atrae, es la carrera de mi barrio. Y un año más, ha cumplido sus espectativas, tanto para sus detractores, como para lo que la defendemos como nuestra.
Este año, como si un debutante se tratara, me situo más atrás del Polideportivo Magariños, a cola de pelotón para disfrutar de la carrera. La mañana no ha amanecido fría y delante de mi algo más de 5.900 corredores se preparan para tomar la salida. Pistoletazo de salida y adelante. Como a penas he calentado, decido dejarme llevar. Me situo a la izquierda, pues recuerdo que a unos 250 metros de la salida hay una obra que toma parte de la calzada. Y desde aquí, adelantando corredores hasta meta, la gran mayoría en la subida de Castellana.

¿Efecto de los entrenamientos?...no, pues no he conseguido compaginar adecuadamente los carreriles con mi nueva afición de fin de semana, la natación. ¿Efecto dorsal, quizás?...puedes ser. Pero lo definitivo de mi aceptable carrera del pasado domingo se debe al efecto Bärlauch, la lata de paté de ajo silvestre (más conocida como ajo de oso en Austria) que los organizadores de la carrera incluyeron en la bolsa de corredor, acompañada del caldo de pollo Aneto, una ecológica bolsa de tela con el logotipo de la carrera, bebida isotónica, zumo, algún dulce y una estupenda camiseta runera de manga larga.
Los abrazos a ilustres amigos como Román, de Gacelas de Madrid, la sonriente Tania o Juan de El Triclinium fueron parte de que esta jornada deportiva se convirtiese en un agradable reencuentro con los amigos y el asfalto. Podéis ver unas fotos de Martina.
Y para terminar, ya con los más íntimos, desayuno para reponernos del esfuerzo.

Mi marca, 48'21", muy lejos de mi mejor marca en un 10.000 pero muy contento, ya queda menos para el CSIC 2012.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Y VOLVER, VOLVER, VOOOLVER!!


Como el hijo que vuelve a casa por Navidad, regreso tras una larga pausa a compartir mis inquietudes deportivas con todos vosotros. Y no hay mejor forma que hacerlo escribiendo sobre mi vuelta al asfalto. Tras mi participación el pasado agosto en el Cross de Figueras, donde se dió cita lo mas brillante del atletismo popular asturiano y gallego, vuelvo este domingo a la carrera de mi barrio: La XXXI Carrera Internacional de la Ciencia. Vivir en un barrio "pijo" es lo que tiene, que la carrera sale de la calle Serrano y la animación brilla por su ausencia. Tan sólo los incondicionales familiares y amigos (pero muy amigos) estarán animando el domingo a las nueve de la mañana. Que la carrera salga al lado de casa tiene sus ventajas: no madrugar excesivamente, acudir calentando a la salida y hacer lo que hago todos los años dos o tres dias antes, un rodaje por el circuito de la prueba. He vuelto hace unos minutos y todo está en su sitio. El domingo será otra cosa.