HISTORIAS RUNERAS I

Un mes de ausencia en la blogosfera da para mucho, para lo bueno y para lo malo. Una de las cosas que debéis probar a dos meses vista de correr un maratón es embarcaros en una reforma domiciliaria. Ausentarte este tiempo del hogar y compatibilizar entrenos con visitas a la obra, charlas más o menos amistosas con los albañiles, fontaneros, carpinteros, electricistas y diseñadores de muebles sacaría de sus casillas a cualquiera. A un maratoniano, no. Estamos preparados para esto y para mucho más. Lo que más me ha gustado ha sido cambiar mi lugar habitual de entrenamiento por el Parque de Las Cruces y el pequeño pero coqueto pinar de San José.
El Parque de las Cruces se asienta en lo que era un trigal propiedad de la duquesa de Tamames. Allí jugábamos de pequeños, escondiéndonos entre las espigas del guarda a caballo que lo vigilaba. Desde el parque vimos a los helicópteros de la policía tirar botes de humo y pelotas de goma (que aún están en casa de mis padres) a los manifestantes que pedían amnistía para los presos políticos en el año 1977. Allí plantó mi hermano el primer arbol del parque con el viejo profesor, el Alcalde Tierno Galván. Y allí corrí mi primer cross, defendiendo los colores de mi colegio, el Francisco Arranz.
Este mes de ausencia también ha servido para correr la Carrera del Agua y terminar en 43'27", más moral de cara a Mapoma (lo siento, me sale el mapomero que llevo dentro). La foto de cabecera es de la carrera.
La visita de una semana a Asturias comenzó bien con lo se empieza a convertir en una tradición cada vez que paso por la capital del Principado: un rodaje desde el Estadio Carlos Tartiere hasta lo alto del Monte Naranco, pasando por los principales monumentos del pre-románico asturiano: Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo. La dureza de las últimas rampas de ascenso, en las que puede haber un desnivel medio del 9-10% hacen que adelantes a los ciclistas. De ahí a llegar a los pies del Cristo, un paso y bajada hacía el estadio. El aire frío de la bajada en la mañana me dejó fuera de juego hasta antes de ayer: 10 días aquejado de una infección respiratoria que me han impedido entrenar hasta ayer. Como uno es cabezón, y tenía programado hacer el test de Gavela, me puse a ello. Quizás mis condiciones físicas no eran las mas apropiadas, pero era lo que tocaba. El resultado, satisfactorio y en la linea que esperaba, pero como el año pasado os toca esperar para saberlo.
He vuelto y sólo faltan 9 días, estoy en casa.