Buscando fotos para cambiar la imagen del blog, me encuentro con la historia de Fred Lorz y Thomas J. Hicks, ganador del maratón de los Juegos Olímpicos de San Luis, celebrados en 1904 . Estos juegos fueron peculiares por varios motivos. El vergonzoso desfile inaugural mostró a los espectadores miembros de razas "supuestamente inferiores" que participaron en competiciones paralelas sin clasificaciones oficiales. Duraron más de 4 meses, pues los organizadores los hicieron coincidir con la Exposición Universal que se celebraba ese año en la ciudad. Allí se entregaron las primeras medallas para premiar a los tres primeros clasificados de cada especialidad. De los 652 participantes, tan sólo 42 eran de otros paises.
Pero si algo me llama la atención de aquellas olimpiadas, es la maratoniana historia de Hicks y Lorz. La carrera se celebró bajo un intenso calor por caminos polvorientos, que dificultaban la respiración de los corredores. El bueno de Lorz, tras correr algo más de 15 kilómetros, se encontró cansado y decidió subir al coche de su entrenador que le llevó a 7 kilómetros del estadio, donde entró en primera posición. Tras hacerse fotos con la hija del presidente Roosevelt, se descubriró el engaño y nombraron ganador a Hicks. Su carrera tampoco fué muy limpia, utilizó varios atajos para llegar a meta y tomó una mezcla de coñac y estricnina que, además de estar prohibida, a punto estuvo de costarle la vida. Figura como ganador oficial de la prueba en la página del COI.
Tras las Olimpiadas, Lorz fué sancionado un tiempo y al año siguente ganó el maratón de Boston con una marca de 2h38'25". De Hicks, nunca más se supo. Tan sólo que murió al caer desde un puente.
Los atajos nunca fueron buenos en deporte, al final terminas cayendo.
Muy interesante la historia y genial esa reflexión final!
ResponderEliminarUn abrazo
Curiosa historia. La trampa y picaresca no entiende de épocas, es innata al género humano.
ResponderEliminarCómo somos los humanos!!! Trampas trampas!!!
ResponderEliminarUn abrazo Klass!
La vida es un cilindro si, todo pasa y se repite, una y otra vez
ResponderEliminarDesde que existe el hombre a existido las trampas.. eso esta claro, muy ilustrativa esta entrada amigo.
ResponderEliminarUn abrazo y me alegro de volverte a saludar
Hola Paco cuanto tiempo!!!!
ResponderEliminarpues mientras haya competición habrá tramposos esto es así, menos mal que al final SIEMPRE el tiempo pone a cada uno en su sitio. es solo eso cuestión de tiempo.
un fuerte abrazo
me alegra saber de ti